Rompan todo: Mi opinión.
- Noemi Magallanes Coronel
- 23 dic 2020
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 27 dic 2020
Veo que todo mundo está comentado sobre la mini serie de 6 capítulos que conforman un documental, titulado “Rompan todo”, que se extrae del título de la icónica canción “Rompan todo” (Break it all) del grupo uruguayo The Shakers.
Se supone que en este documental abordaría la historia del rock latinoamericano, pero como es producido por el músico argentino Gustavo Santaolalla, el cual es responsable de que existan diversas bandas importantes en la escena, existen evidentes sesgos; podría ser una estrategia de marketing, para generar todo esta clase de críticas y estar en el ojo del huracán, al final de cuentas, se trata de entretener e informar.

Si queremos tener una noción de lo que realmente pasó en la escena del rock latinoamericano, no podemos esperar nada de nadie, ni del gurú, ni de un productor, ni mucho menos de un presentador musical; es cuestión de ponernos a investigar, leer, documentarnos, escuchar, porque ningún documental nos responderá todas las preguntas que tenemos.
No existe verdad absoluta.
He leído una serie de críticas negativas, tanto de conocedores, melómanos, musicólogos, intelectuales y público asiduo, algunos viven de la nostalgia del pasado, otros les gusta el morbo y comparten memes por doquier, pero también existen personas analíticas que ven más allá de eso.
Si bien es cierto, la serie retrata una parte de la historia del rock latinoamericano, como en todo, nunca se retrata en su totalidad la verdadera historia.
Existirán preguntas básicas como: ¿Qué paso con Bolivia, Nicaragua, Honduras, Panamá, Costa Rica, Belice, Brasil, Ecuador, las dos Guyanas y Venezuela?, ¿Cuentan con una escena en el rock? (Yo sé que sí, es una pregunta retórica); pero ¿Por qué desdeñar a los demás países latinos y solamente darle hincapié a 4?, siendo centrales México y Argentina.
Como diría Jorge Pinarello de “Te lo resumo”, son cosas que jamás tendrán respuesta, está claro.
Del músico mexicano Crunchy López (Lost Acapulco), extraigo lo siguiente de su muro de Facebook:
“He aprendido a la mala a no esperar nada de nadie, obvio nunca en la vida voy a esperar algo de una mini serie de televisión, como siempre lo he dicho; no te gusta el festival, no vayas, o haz el tuyo, si no te gusta la serie no lo veas, o mejor aún, toma la iniciativa que tuvieron otros, y haz el tuyo. Siempre es fácil quejarse de todo, pero mejor ten las agallas y actúa”.
De verdad coincido en ello; sin embargo, al momento de convertirte en una figura pública, personajes como ellos son objeto de crítica, y en muchas ocasiones, ésta no será del todo positiva. Vaya, no podemos esperar que nos echen flores a cada una de las cosas que hacemos.
Los mismos músicos invitados, hacen gala de sus conocimientos en política, es más, hasta hablan como sociólogos experimentados; como si representarán lo que nosotros como ciudadanos pensamos de nuestro país o de otros países. Lo cual, me parece arriesgado, porque se pudo haber invitado o convocado a figuras importantes de otras áreas, que brindaran una percepción “fuera de la caja”, de lo que se estaba gestando en la escena del rock a nivel latinoamericana.
Para los que no son conocedores de música, esos que se emocionan por cualquier video que se emitía en cadenas como MTV, VH1, Much Music, etc; son candidatos para disfrutar y deleitarse con un bombardeo de pinceladas de historia.

O sea, en cuanto a la calidad de producción, yo no puedo decir: “Es una bazofia”, al contrario, cumple con su función: Entretener e informar. Es dinámico, atractivo, novedoso, tiene momentos claves y algunos llegan al corazón, como la mención a “Santa Rita” (Santa Sabina) o “Gustavo Cerati”, lo de Víctor Jara fue crucial, así como lo que vivimos en el temblor del año 1985 y la muerte prematura de Rockdrigo González (el profeta del nopal), también destaco el cómo introducen a Los Fabulosos Cadillacs, y los inicios de Aterciopelados, cada aparición de Luis Alberto Spinetta fue preciosa, así como Virus de Argentina.
No podemos ser tan ilusos al pensar que se harán las cosas como nosotros queremos, pensamos o sentimos. Es la visión de una persona que emigró a USA con el fin de crear públicos y ha logrado una reputación por su trabajo musical, de lo contrario, no sería el único latinoamericano con dos Óscares.
Es una tristeza como sus mismos paisanos lo critican, y los leo porque tengo seguidores de muchos países e inclusive he participado en debates de esta naturaleza, a mí no me gusta ver las cosas solamente desde mi burbuja (Mexicali), sino abordar todos los escenarios posibles para poder comprender cada uno de los detalles, en este caso, las opiniones de cada consumidor de arte, acotando: de rock.

Se le juzga como si fuera Jesús, y se le empieza apedrear como si fuéramos perfectos nosotros y tuviéramos todas las respuestas, cuando nadie tiene el poder de juzgar.
He aprendido que si vamos a ponernos a jugar ese papel, tendríamos que estar al nivel o dedicarnos a lo que se dedica esa persona para poder comprender la magnitud de esa responsabilidad. Sea cual sea el trabajo.
Es una pena enorme, leer que los propios mexicanos critican a sus compatriotas, a nuestros artistas.
“Maná no es rock”, evidentemente no es rock, pero ¡come on!, ¡Café Tacuva son unos arrastrados, aparte son hijos de Santa Olalla, es obvio porque en el documental de National Geographic se nota el respeto que le tienen.
Somos un país que le falta atravesar cambios verdaderos de conciencia, aún estamos muy dormidos en muchos aspectos, por eso somos especialistas en criticar, y nos tachan de malinchistas, de puristas, de flojos, de mediocres, de agachados; porque al final, no tenemos las agallas de enfrentar las cosas como son y atrevernos a romper esquemas.
A mi parecer, todo esto tiene que ver con historia.
El sábado pasado platicaba con mis papás mientras comíamos flautas en Plaza Cachanilla, les decía; hagan de cuenta que Gustavo Santaolalla es Don Gato, entonces sería en vez de Don Gato y su pandilla: “Gustavo Santaolalla y su pandilla”.

Analicemos el punto de partida, puede ser marketing (es una hipótesis personal); porque Bajofondo está nominado a los Grammy Awards 2021.
Cerati decía: “Sacar belleza de este caos, es virtud”, pareciera que tenemos doctorado en enaltecer lo negativo, por encima de lo positivo.

Es verdad que en la mini serie, documental o como quiera definirse, tiene una falta enorme de artistas claves en la escena del rock mexicano: ¿Dónde están los Dugs Dugs, Los Hooligans, Los Rebeldes del rock, Los Camisas Negras, Los Apson, Los Yaki, Los Blue Jeans, Los Babys, Los Rockin Devils, o sea, yo recuerdo la canción de “La Hiedra venenosa” de los Rebeldes del rock; sé que se mencionó a Los locos del ritmo, me hubiera gustado escuchar de fondo la canción “Tus ojos”; un clásico de esta agrupación; pero esto ya es algo muy quisquilloso de mi parte.
Aun así, todas estas bandas son comerciales, tuvieron de algún modo el apoyo o apadrinamiento de algún productor, entonces mi otra pregunta es ¿Y la otra escena?, también no existirán respuestas, porque la idea no es quedarnos con el contenido del documental.
Se trata de investigar, de cuestionar, de dudar, y así llegaremos al conocimiento, por medio de un consumo responsable del mismo. No puedes quedarte solamente con una fuerte de información.
No es culpa de Santaolalla, el cumplió brindando “su visión personal”, en el mismo flyer venían los nombres de los artistas y las imágenes ¿Por qué pensabas que sería distinto?.

Para serles muy honesta, si me entristeció ver ausencias claves como Jaime López y Cecilia Toussaint, hasta Vitorino; pero volvería con la misma premisa, no se trata de lo que uno quiera, son visiones distintas y se necesitan comprender y respetar, aunque no nos guste. También me extrañó de sobremanera la ausencia de Caifanes, y que se haya reducido todo en "La Negra Tomasa"; cuando sabemos perfectamente que su carrera fue sustancial en contenido y en impacto por su concepto, lírica, músicos ilustres; pero por una publicación de Alejandro Marcovich en su facebook, comprendí que no fue tanto del grupo, sino por un miembro al cual "no le llegaron al precio" y "se dejó manipular". Un desacierto la ausencia de está banda mexicana-argentina.
Voy a dejar claro algo, porque conozco a muchos argentinos que están en el medio musical, por lo menos 4 trabajan directamente con Gustavo Santaolalla; y sé que le dicen “el gurú”, por la precisión que ha tenido en impulsar talentos musicales; y es respetable eso. Logró que muchos grupos se consolidaran y no cualquiera lo hace; pero una cosa es su faceta como productor musical, y otra muy distinta, el cuestionamiento sobre la falta de objetividad en el contenido del documental.
Extrañé a Ely Guerra, pero sí participó Julieta (obvio, por el Cachorro López), responsable que se haya hecho “mainstream”.
No quisiera ser repetitiva, ¿Qué esperaban?, hizo lo que pudo con lo que tenía, me dio un enorme gusto ver a Pedro Aznar participando (algo muy personal, sus opiniones siempre fueron puntuales, un intelectual de la música), a Javier Bátiz (aunque les moleste a muchos o casi todos que mencione su anécdota con Carlos Santana). Cuando lo entrevisté, le hice recordar su participación en el programa televisivo “En vivo” con Ricardo Rocha y Gloria Calzada, es más, yo crecí viendo ese video que había sido grabado por mi papá.
Esa entrevista es histórica. Carlos Santana estaba en plena charla con Ricardo Rocha, hablando ya de su éxito internacional, con una actitud bastante especialona (altiva), cuando de pronto, aparece mágicamente Bátiz, con una frescura, simpatía, desparpajo. Fue un encuentro inesperado, ambos se abrazaron y compartieron anécdotas, después se echaron un palomazo, Santana como que no quería, pero Bátiz lo animó con esa chispa característica.
En fin, es triste también que nosotros como bajacalifornianos no valoremos a figuras como él, que con su sencillez y candidez, impulsó a un músico, que hoy en día es relevante a nivel internacional y, sin duda alguna, un gran ausente en el documental.
O sea, si aparece David Byrne (Talking heads), que por cierto, siento que está de más (ojo, a mí me encanta el hombre), pero… ¿por qué no Carlos Santana?, son otras preguntas que jamás tendrán respuesta.
Fue interesante ver como se utilizaron imágenes históricas de los sucesos acontecidos en Chile, Colombia, Argentina y México. Lo de Víctor Jara fue algo clave, uno de los momentos más conmovedores de la mini serie.
Sin embargo, el músico argentino Federico Bonasso, realizó bastantes analogías interesantes sobre el concepto del rock, por ejemplo:
“Yesterday” de Paul McCartney ¿es rock?, “Muchacha ojos de papel” de Luis Alberta Spinetta ¿es rock?; cabe señalar que son piezas hermosas, porque configuran una idea estética de la música y marcan una pauta en la historia de la misma, pero ¿por qué tanta indignación por la inclusión de Maná? (eso bajo la óptica de Bonasso).
Él mismo alude que no se posee una idea precisa del concepto de rock, por eso propone una postura estética humilde, en donde coincido completamente.
En México nos falta definir una identidad, somos un país mestizo, donde varias culturas son una mezcolanza, y algunas han venido conquistando nuestra esencia, porque lo hemos permitido.
No tenemos un arraigo como los países latinoamericanos, que a punto de balazos, muertes, militarismo, dictaduras psicópatas, tuvieron la necesidad de despertar, de percatarse que el cambio es individual y se consuma de manera colectiva por una conjunción de ideas y acciones.
Bonasso también sugiere lo siguiente:

A mí no me importa si Maná es rock o no. Quien niegue la capacidad melódica de Maná está sordo. Una sordera auto impuesta, será, como esa playera ideológica que algunos no se han querido sacar desde una adolescencia que ya ha dado otras señales de deterioro.
¿Qué pasó con Brasil y Silvio Rodríguez, si metieron a Víctor Jara, ¿Y nuestro Óscar Chávez?.


En el documental, Santaolalla hace alusión de que la actitud de Residente (Calle 13) es de “rock”, ok…se la compro.
Y si menciona a un Víctor Jara, que le mutilaron sus manos en plena dictadura de Pinochet por manejar un lenguaje poético de protesta y crítica social, vale. ¿Y los demás trovadores?, creo que faltaron varios de esa corriente, que fueron más rockeros por atreverse a tocar temas que ni los mismos rockeros manejaban con amplio conocimiento de causa.
¿Recuerdan cuando no se le permitió al cantautor uruguayo Jorge Drexler tocar en los Premios Óscar?, fue en el año 2005. En resumidas cuentas, lo sacaron de la ecuación para meter al actor español Antonio Banderas junto con Carlos Santana y ambos interpretaron “Al otro lado del río”, prácticamente lo hicieron a un lado por no tener la suficiente fama para estar en un escenario. Eso fue discriminación. También hizo falta la presencia de músicos uruguayos como él.
Bandas como “The Shakers” (que sólo utilizaron el título del documental para homenajearlos), “Los estómagos”, “El cuarteto de nos” (solo apareció el vocalista opinando, pero ninguna mención), Zero, es más, “Los Iracundos”, por citar algunos, son grandes ausentes también.
En efecto, no se puede abordar TODA la historia, es por eso que se reduce a: “Yo escojo qué contar”, de acuerdo a “mi visión”. Y punto.
¿Saben lo único que estaba esperando?, sé que pareceré una inocente palomita, pero tenía la esperanza de ver cuál era su visión sobre la nueva generación de músicos (no sólo Mon Laferte), por ahí vi destellos visuales de Carla Morrison, pero ¿y los demás?.
Luego abordaron el tema de la figura femenina en el rock, poniendo como reina latina a la colombiana Andrea Echeverri, y ella misma le hace fushi a Shakira ¿Y la sororidad?, las mujeres nos tenemos que apoyar en las buenas, malas y peores.

Por encima de todo. Se supone que así es la cosa. Son paisanas, aunque Shakira sea “mainstream” o se cosifique por cuestiones publicitarias. Pero aceptemos que es una cantautora respetable, sobre todo en sus inicios.
El youtuber colombiano Alvish hace un análisis jocoso e interesante de la carrera musical de ella, búsquenlo.
Siguiendo con el feminismo forzado que se impuso en los últimos minutos de la miniserie, también me entristece la ausencia de una mujer extraordinaria.
En el año 2001 descubrí por azares del destino, a una cantautora chilena llamada Tatiana Bustos, me conquistó su pieza “Las hijas de Eva”; con esta lírica:
Tantas estrellas, tantas lunas nuevas, Tantas heridas que sangran las hijas de Eva. Tantas dulzura entra las tinieblas Cargando solas nuestra cruz, las hijas de Eva.
Las que lloran, las esclavas Unas mueren otras se callan Las traidoras, las amantes sin mañana.
Las que fueron lapidadas, Las valientes, las que se aguantan, Esas crecen, otras cambian, Las que vamos adelante aunque este castigo nos aplasta.
Esta canción es del año 1997, Tatiana Bustos estaba muy adelantada para su época, ustedes pueden encontrar uno que otro video de ella, inclusive una participación que tuvo en el año 2002 en Viña del Mar. Para mí, una figura importante latinoamericana por “Las Hijas de Eva”…algunos internautas la comparan con Mon Laferte, pero no tiene nada que ver.
De Chile se habló muy poco, se centraron en “Los Jaivas”, “Los Prisioneros”, “Los Tres” y “La Ley”. Entiendo por qué lo hicieron de esta forma, pero me hubiera gustado ver a los fundadores reales de La Ley y no el que se quedó con el nombre del grupo y el último en ingresar al mismo.

Si realmente hubiera sido un exitoso Cuevas, tendría una carrera solista bastante sólida a nivel Gustavo Cerati, pero queda claro que no tiene esa capacidad y que los verdaderos músicos detrás de la agrupación chilena eran Bobe, Aboitiz, Clavería y Rojas. Sin dejar atrás a los hermanos Frugone que tenía una banda que me gustaba mucho: Anachena (lástima que tampoco los mencionaron).
También dejo claro que de niña y adolescente era una seguidora entusiasta de La Ley, así que sé muy bien su historia y por eso tengo mi postura muy marcada sobre la actitud que prestó Beto Cuevas con todos, por eso me parece injusto que los demás no hayan estado compartiendo sus experiencias, por ejemplo Luciano Rojas tiene un grupo que se llama Saiko, y es altamente recomendable, tampoco son mencionados. De igual forma, bandas como Viena, Agua turbia, Los Bunkers, Los Mac’s, Blops, Gondwana (come on, metieron bandas de reggae y ska, pero no mencionaron a mis Godwana), y ¿Qué pasó con “Los Ángeles Negros”?, Lucybell y Fiskales Ad-hok, faltan muchísimos más.

En Colombia el recorte fue muy cruel, porque solo se centraron en Juanes y Aterciopelados, no traigo nada en contra de ambos grupos, de hecho, me parecen de cierto modo idóneos para la visión del productor.
Hace una semana un argentino se indignó porque me dijo: “Si pensás que Juanes y Maná son Rock, entonces ni hablemos”; cuando solo dije: Un verdadero melómano sabe escuchar toda clase de música y no criticarla solo porque no le gusta.
A mí no me gusta Maná, pero respeto su música, y coincido con Bonasso en su apreciación.
Me centro en México porque es mi país, es como si nos remontáramos a la Conquista con México: Viene Hernán Cortés con un espejito y todos bien idiotas piensan que es un Dios. Ya cuando lo vieron hacer sus necesidades, entendieron que era igual que nosotros.

Me dio gusto escuchar el testimonio de la Maldita sobre el tour que le organizaron a Santaolalla para que conociera “el corazón de México”.
Los mexicanos no debemos dejarnos apantallar por nadie, así como los argentinos, chilenos, uruguayos, colombianos y demás países no se apantallan con nuestra verborrea, pues nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Más dignidad.
Tenemos un país rico en cultura, no puede ser que cualquiera venga a darnos atole con el dedo para hacernos creer que ellos son Dioses. Es lo que no me gusta del documental, aparte de la omisión de artistas del momento.

Se me olvidaba un dato de vital importancia, la miniserie dice: Rock Latinoamericano, entonces (No España), pero si se mencionan a Los Rodríguez (cof cof Andrés Calamaro), Nacha Pop, Toreros Muertos y Radiofutura…un poquito de la movida madrileña hubiera sido genial, si tocaron de manera muy sutil a Mecano, no estaría de más, integrar a los demás grupos que conformaron dicho movimiento.
Pero tampoco existió la leyenda de Miguel Ríos, o bandas como Héroes del Silencio, Ángeles del Infierno o Mago de Oz, como que el metal no se tomó en cuenta y solo se consideró a Juanes como el portavoz de ese género, cuando ya no lo ejerce en su música. Eso es triste también. Los argentinos de Rata Blanca, Auténticos decadentes, Ataque 77, 2 minutos, Los Pericos, Crucis, Kamikaze, Vilma Palma e Vampiros, La Renga, etc.
Otra situación es la lucha ideológica de Santaolalla versus García, sobre los géneros musicales en los que ambos estaban trabajando en los años ochenta; yo pienso que es interesante ver cómo se criticaban de manera tan poética uno al otro en la prensa.

Estuvo botana la integración de ese dato. No es para clavarse y criticar a muerte a uno o al otro. Es solamente comprender la esencia de ambos como músicos y su disparidad.
Y retomo lo mismo, por cada país que menciono, es la misma premisa. Es la visión de Santaolalla. Punto. Es obtusa y sesgada, sí. ¿Será por estrategia? ¿Marketing? , son otras preguntas que jamás tendrán respuesta.
Porque si me pongo más exigente, faltaron bandas metaleras mexicanas, de ska, los grupos “underground”, el rock progresivo más extenso, porque solo se centraron en “Los Jaivas”, por ahí sale un miembro de “Chac Mool” diciendo que era hippie y es su única aportación al documental; “Serú Girán”, “Sui Generis”. Y hasta ahí.
Pero ese trabajo en México se lo podemos dejar al escritor David Cortés Arce y en cuanto a recabar más información en el plano periodístico sobre la escena latinoamericana, al argentino Sergio Marchi, el cual me encanta porque ha hecho comentarios tan elocuentes sobre este tema.
“Rompan todo” es un documental entretenido, que conforma una parte pequeña de la música de nuestro continente. Es como el testimonio personal de Gustavo Santaolalla y los músicos que han sido producidos por él; sirve para aprender a conocer la visión de ellos y para adentrarnos un poco a la cultura del rock desde esa perspectiva.
No tengas expectativas de que se hablará de lo que tú crees que es rock, solo disfrútalo de manera crítica y responsable, sin engrosarlo ni demeritarlo. El balance siempre es la clave de todo.
Y cierro con la frase final del mismo, la cual si me gustó: ¡Qué viva el rock and roll! (Alex Lora con su guitarra) y después Charly García culmina con ¡Say no more!
Comments